Cuento de Semana Santa

Cuento de Semana Santa

Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una y las dos y las tres

Sí, son las tres de la mañana. Mientras ojeo elmundo.es, caigo -por azar- en una entrevista no a Sabina sino a Coque Malla. Coque es el líder del grupo de rock Los Ronaldos. El titular digital pone en su boca: ‘A veces quiero rezar y no tengo a nadie’. Y yo pienso en Zacarías, un viejo amigo con una fe recia.

Ya repetía mi madre: ‘hijos criaos, trabajos doblaos’.

Zacarías enviudó joven. Y con cuatro críos. Ahora los tiene “ya mozos”Sus hijos son su vida. Siempre se ha empeñado -muchas veces haciendo de tripas corazón- en que el suyo sea un hogar alegre.

En esta última etapa, en casa de Zacarías hay epidemia de adolescencia rebelde.Este no se calla ni debajo del agua”, me decía de uno. A veces, en momentos impensables, saltan chispas. Y algún chaval coge la puerta y se va. Zacarías sufre. Se encomienda a todos los santos para que vuelva sano y salvo. Y tiene siempre presente lo del hijo pródigo: lo del perdón, el abrazo y la fiesta, con cabrito y hasta con becerro. «Estos van a dar con el rebaño entero”, me comentaba con cierto humor.

Cuando los problemas se le “apoderan”, Zacarías lamenta más, si cabe, su viudedad. En alguno de esos momentos se me desahoga: -Ya repetía mi madre, hijos criaos, trabajos doblaos. José, que son demasiadas cuerdas pa un violín; que me traen loco…

Pero en seguida me subraya, aludiendo a sus chavales: -En el fondo, buenos… son muy buenos. Entonces pienso yo: ¡qué carajo, el que eres bueno eres tú!  Aunque no se lo digo.

Julio, el menor, pese a su gran corazón lleva a su padre por la calle de la amargura

“El benjamín me va a ahorrar muchos días de purgatorio”, me confesaba un día mi amigo.

Con Julio, debe de llevar una de cabritos o de becerros cebados… Sin embargo –o quizás por esto- es la niña de sus ojos. Lo tiene engatusado.

A Zacarías le ha tocado ser su padre y… su madre. Si Julio se retrasa un poco en nacer, nace póstumo”, comentaba al recordar cómo su mujer falleció cuando el pequeño era un bebé. Y si le indico, diccionario en mano, que “los póstumos son hijos de viuda”… me responde: “De todo puede haber, que hay madres que han muerto en los partos…”.

Cuando hablamos de Julio, Zacarías comparte conmigo –sé bien su porqué-: Aún hay un sufrimiento mayor que el propio: el que uno tiene al ver sufrir a un hijo. El hijo sufre, sí, pero ¡a un padre se le desgarra el corazón!. Y a veces se pone filósofo o, por mejor decir, ‘teólogo’.

La pasada Semana Santa, sin ir más lejos, me decía: «Me viene a la cabeza Dios, como padre. En muestra de su amor no solo quiso morir por ti, por mí: el crucificado fue la persona de su Hijo. Así que el sacrificio fue al límite«.  Zacarías no es Santo Tomás de Aquino y, aunque solo ha pasado por la universidad de la vida, ¡cuántas veces me hace pensar!

Un post que suena a cuento. Pero… ¿y si no?

Me dirás: “Esto suena a historieta… ¡Qué post más raro te ha salido hoy!”.

Y te cuento: ¡Bastante he hecho! Estoy escribiendo de madrugada; desde la tablet; se me está acabando la batería y… te escribo sobre Zacarías -intentando distraer mis nervios- desde una sala de espera del hospital.

Comparto este habitáculo con sus hijos, que han tenido a bien avisarme. A mi buen amigo le ha dado un infarto de caballo. Estamos con el corazón en un vilo, inquietos pero en silencio. Un silencio que, de vez en cuando, queda roto por los llantos de Julio, el benjamín. ¡Cómo llora, el cabrito! La niña de sus ojos, que es un tiarrón.

Y yo… vuelvo a pensar en Coque Malla cuando en su entrevista declara: «Hay veces que tienes tantas ganas de rezar y pedir algo poderoso que cambie las cosas… Yo siempre había sido un ateo convencido, pero llega un momento en que no creer en nada es una patada«. Disculpa la errata. Es una patada, sí.

Tranquilo, Coque. Seguro que ya están preparándonos un becerro. Y bien cebado.

Nota.- Este post es un cuento de Semana Santa. Pero… ¿y si no?

18 comentarios en “Cuento de Semana Santa

  1. Es un post entrañable donde los haya. Da para pensar mucho. Es profundo, cercano, un canto a la amistad. Diría más, un ejemplo de como debe ser la amistad: escucha, comparte, acompaña en momentos difíciles al amigo, dedica tiempo aunque se esté cansado. No voy a seguir describiendo más características sobre la amistad porque sería una lista muy larga. Muy apropiado para cualquier tiempo del año pero especialmente para el de Semana Santa en el que mis encontramos. Una vez más, ¡gracias por escribir esta entrada! que tanto nos puede ayudar a pensar a todos si la leemos sin prisa.

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  2. Pufff José! Me has hecho hasta llorar… Una historia preciosa! Tan cierta como triste. Tiene muchos ingredientes: la amistad como dice Begoña es maravillosamente tratada por ti en primera persona y el amor del padre, brutal. El amor de un hijo que se manifiesta con fuerza cuando puede quedarse huérfano… Creo que es el sentimiento que había que resucitar estos días. Enhorabuena!!!!

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    • Muchísimas gracias por un comentario tan generoso! Me alegro mucho de que te haya gustado. Era una de esas historias que tenía en «el congelador» y me ha parecido que venía bien sacarla en Semana Santa. Vaya análisis te has pegado!!
      Un abrazo y mil gracias de nuevo!

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  3. A medida que leía tenía delante a mis chicas del piso de acogida. Adolescentes que son madres. Y pensaba lo que me cuesta que dejen el Centro. Sabiendo lo que me han constado cuando han estado aquí. Aquí los trabajos son «doblados»… pero «descargar mochilas» de la vida anterior y tratar, en equipo de «rellenarlas» de vida nueva, es una tarea muy bonita. Yo también quiero criar carneros para matarlos cada vez que alguna vuelve. GRACIAS JOSÉ por tu historia-cuento. Así es muchas veces la vida.

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  4. Veo que me perdí la publicación en su momento, el primer deseo que Zacarías superase su estado crítico.Difícil es criar solo a unos hijos, duro para los chavales no tener a su madre pero confío en que no tuvieran que perder también a su padre.
    Cuando pienso en mis hijos, mi mayor temor, es que yo también pueda, a una edad que no es lógica, faltarles también.Sí, rezando a diario.
    Hermosa historia de amor paterno ,filial y de amigo.

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    • Muchas gracias, Maje.
      Al ser un «Cuento de Semana Santa» solo he pensado en redifundirlo en esta época. Pero es verdad que es aplicable a cualquier momento del año…
      Que les duremos mucho!
      Un abrazo

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