Un programa educativo que fomenta el bienestar  y previene problemas de salud emocional

No es la primera ocasión –ni creo que será la última- en que os hablo del programa Educación Responsable de la Fundación Botín.

Hace unos cuantos días se publicaba en el Diario La Opinión de Murcia un interesante artículo titulado “Educación Responsable: más arte y música para reducir la agresividad y el estrés en clase”. Muchos centros de Murcia llevan 10 años aplicando este programa.

Al hilo de su lectura, a la que te animo -esto es mucho más que arte y música- me gustaría reflexionar sobre ello y hacer una recensión del mismo y de cuestiones que hacen de ese un programa imprescindible de cara a fomentar el bienestar emocional y sentar las bases para una mejor salud mental de todos sus beneficiarios: en definitiva de la comunidad educativa en su conjunto (profes, estudiantes, familias, etc.).

Se trata de un programa implantado con éxito en cerca de 800 centros educativos de todo tipo (públicos, concertados, privados, de FP, de educación especial, etc. en un rango de edades que va desde Educación Infantil hasta culminar la etapa de la ESO o equivalente, en España y en otros países de Iberoamérica). Un programa de larga trayectoria. Solvente, acreditado, evaluado, contrastado.

Muchas CCAA españolas, algunas universidades, fundaciones, etc. españolas o iberoamericanas han puesto en marcha este programa en sus centros educativos, o en aquellos con los que guardan relación. Un programa que pretende fomentar el bienestar emocional, a través de –precisamente- la educación emocional, social y en la creatividad, y con ello, el crecimiento integral de sus destinatarios y, en definitiva, de toda la comunidad educativa.

¿Qué ofrece el programa Educación Responsable?

Por intentar sintetizar:

Mejor reconocimiento y expresión emocional: Los beneficiarios del mismo aprenden a identificar y comunicar sus emociones de manera efectiva y adecuada.

Empatía, colaboración y comunicación interpersonal: De la misma forma, pueden comprender a los demás y desarrollar habilidades sociales, y mostrarse empáticos con los otros, lo que es esencial para una convivencia en armonía.

Toma de decisiones responsables: Adquieren herramientas para gestionar sus impulsos y tomar decisiones informadas.

Salud y bienestar: Cuidar de sí mismos es parte del programa. Ello no puede sino mejorar la salud y el bienestar emocional individual y colectivo.

Asertividad: Los beneficiarios del programa aprenden a expresarse de forma asertiva y a resolver conflictos de manera constructiva.

Creatividad y desarrollo personal: Fomentar la creatividad es esencial para su crecimiento integral: físico, emocional e intelectual.

Al fomentar el desarrollo emocional, social y creativo, el programa propicia la mejora en estas áreas y la autoconfianza, el pensamiento crítico, etc., actuando como un factor de crecimiento personal, de mejora de la comunicación y de potenciación de una saludable convivencia.

La Facultad de Educación de la Universidad de Cantabria ha llevado a cabo, en el pasado, muy interesantes investigaciones sobre el impacto del programa Educación Responsable. Y no ha sido la única.

Dichas investigaciones han revelado el éxito rotundo del Programa Educación Responsable por su un impacto significativo y constatable tanto en el bienestar emocional de todos como en el rendimiento académico. Igualmente, ha quedado acreditado que los beneficios se mantienen a lo largo del tiempo, subrayando la eficacia sostenida del programa.

Algunos datos de la noticia

Autoconocimiento emocional: Los alumnos de 12 años experimentaron un aumento del 8% en su autoconocimiento emocional.

Manejo del estrés: El programa propició un mejor manejo del estrés (+3%), especialmente en situaciones como exámenes o eventos inesperados.

Reducción del autoaislamiento social: Se observó una importante disminución del 19.8% en el autoaislamiento social.

Creatividad en auge: Los niños de 5 a 9 años que participaron continuamente en el programa mostraron un incremento del 15% en su capacidad creativa.

Competencias sociales: Las conductas agresivas entre los alumnos mayores disminuyeron un 23%, mientras que las habilidades sociales se fomentaron, especialmente entre los de menor edad.

Si deseas ampliar la lectura de las evaluaciones externas realizadas al programa, te remito a este enlace.

Los centros educativos están saturados de programas y proyectos; en algunos casos, hay más “humo” que fuego. Me consta la importancia de contar con un buen programa de educación emocional en un centro educativo. Y la trascendencia de que el mismo sea solvente. Seguro que el de Educación Responsable no es el único a este respecto. Pero sí el que mejor conozco, desde hace muchos años. Y doy fe de sus muchas bondades, que empiezan por la categoría humana y profesional de quienes lo hacen posible.

Las buenas cosas, hay que contarlas y compartirlas.

Creo yo.

Cualquier duda, a tu disposición.

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