Bacon y huevos

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Afirmaba Sir Francis Bacon que un egoísta sería capaz de pegar fuego a la casa del vecino para hacer freír un huevo.

Al hablar de huevos me viene a la cabeza una anécdota de otro británico: me refiero al Rey Jorge III. Andaba éste por la campiña cuando le entró hambre y decidió acercarse a un pequeño mesón en el que pidió un par de huevos. Tras saciar su apetito y reclamar la cuenta, encontró el precio desorbitado. Preguntó el monarca, por ello, si quizás era tan caro porque los huevos eran escasos. Sin ningún rubor, el mesonero le dijo: “No son escasos los huevos; son escasos los reyes, por aquí”. O sea… ave de paso, ¡cañazo!

Hoy no quiero hablarte de egoísmo, de avaricia, de codicia, sino de generosidad

Esta virtud consiste en la disposición natural a dar, a compartir, a ayudar, a sacrificarse por los demás, o por el interés común, anteponiéndolo al propio. Y todo ello libre y voluntariamente, con espontaneidad, sin que se nos pida.

Y sin buscar nada a cambio: ni recompensa o contraprestación material o moral.

Dar, ¿qué?

Dar algo necesario cuando no sobra, y sin calcular, a quien nada nos puede dar.

  • Lo primero que nos puede venir a la mente a la hora de dar es… dinero, recursos, bienes materiales. Habrás oído alguna vez eso de que hay gente tan pobre que “sólo» tiene dinero… y es esclava de él. Ya señalaba el político Antoine Rivard que hay personas que de sus riquezas no tienen más que el miedo a perderlas. Un hombre rico lo es en función de todas las cosas de las que puede prescindir.
  • Hay otro bien escaso y muy valioso: el tiempo. Tiempo para escuchar, para intentar comprender al otro, para conversar, para acompañar… Hay mucha soledad en esta sociedad “hiper-conectada”. Dar parte de nuestro tiempo es una buena prueba de generosidad.
  • Podemos dar, transmitir y muchas veces compartir, nuestro conocimiento o convicciones. Coincido con George Bernard Shaw en que si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana y las intercambiamos, entonces ambos aún tendremos una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea y las intercambiamos, entonces ambos tendremos dos ideas…
  • Podemos, en fin, dar afecto, apoyo… en situaciones cotidianas. En este mundo en el que tantas personas se sienten mal, solas, sin alegría, es importante esforzarse en los pequeños detalles y procurar gestos agradables como un “buenos días” o una cara amable… Lo dice el Dalai Lama: “Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya; porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como aquél que no sabe sonreír a los demás”.

Dar, ¿cómo?

De forma espontánea, constante, altruista, pronta, alegre, discreta, sencilla. Como lo haría una madre (a veces, no se entera ni el padre, je, je…).

Tres apuntes y un pensamiento:

  • “La manera de dar vale más que lo que se da” (Pierre Corneille).
  • “La generosidad no consiste en dar mucho, sino en dar a tiempo” (Jean de la Bruyère).
  • “Hay que dar cantando como la fuente, no chirriando como la noria” (Eduardo Marquina).

Hay que tener siempre presente lo que decía la Madre Teresa de Calcuta (que de esto sabía un rato…): “Bienaventurados los que dan sin recordar y los que reciben sin olvidar”.

Permíteme concluir con esta pequeña historia

Cuentan que en una ocasión un hombre rico le entregó a un mendigo una sucia canasta con basura, con desperdicios. El pobre hombre sonrió, se llevó el cesto, lo vació, lo lavó, lo llenó de flores y corriendo se lo devolvió al rico. Éste, perplejo, le preguntó: ¿Por qué me has dado flores, si yo te di basura? El mendigo respondió: “Cada uno da lo que tiene en el corazón”. “Lo que tiene en el corazón”…

Decía Mandela que “en el fondo del corazón de todos los seres humanos hay generosidad”. Aunque a veces, ¡mira que tenemos fondo! Casi parece una sima…

20 comentarios en “Bacon y huevos

  1. Fantástico escrito y maravillosas las citas que haces.

    Cuantas situaciones límites podríamos remediar con más generosidad, material y moral.

    Gracias por recordármelo y remover.

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    • Gracias a ti, Fabiola! De qué serviría una pequeña entrada en un blog sin los lectores… Especialmente los que la enriquecéis con vuestros comentarios! Un saludo cordial

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  2. Magníficas reflexiones. La mayoría de las veces son pequeños gestos los que hacen que la gente se sienta bien. Aristóteles dijo que de todas las variedades de la virtud, la generosidad es la más estimada. Quiero aprovechar este foro para reconocer el buen hacer del Departamento de Educación, con su Consejero a la cabeza, en esta legislatura que termina. Buen hacer en transparencia, fomento de las TIC, cercanía y exquisito trato con los docentes, capacidad de trabajo …

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    • Gracias por compartir, Patxi. Y gracias por tus palabras tan generosas. Hemos trabajado mucho y he tenido la suerte de contar con magníficos colaboradores. La «nota» la pondrá la sociedad, pero sí que ha habido buena «actitud». Un cordial saludo. Y gracias de nuevo!

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    • Hola Jose. Muy Buenos tus comentarios para reconocer el buen hacer del Departamento de Educacion. «Sin in buen educador nunca Habra un alumno agradecido y competente! Saludos,

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      • Muchas gracias, Dimas. Necesitamos ser buenos educadores (familia y docentes). Nos jugamos en ello el futuro.
        Mil gracias por tus palabras. Feli semana!

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    • Un abrazo, Rafa. Y gracias por tus palabras. La crisis económica, afortunadamente, no ha afectado a nuestra capacidad de intentar estar próximos, cercanos, a los distintos integrantes de la comunidad educativa, a cada uno de ellos. Gracias a Dios hay cosas muy valiosas que no se pagan (ni se compran) con dinero. Un abrazo!

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    • Muchas gracias, Begoña. Entre los huevos y «el Bacon» da la impresión de que estamos en la cocina de un hogar, jeje. Me gustó la anécdota de Jorge III. Un abrazo en casa!

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