La crítica leal

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Ya señalaban los antiguos romanos: “si no cuentas con un amigo que te diga tus defectos, paga a un enemigo para que lo haga”.

Hoy quiero hablarte de la crítica. ¿Sería  leal que nadie tuviera el valor o la honestidad de corregirte en algo que crea que estás haciendo mal?

Me gustan las personas que suman a su capacidad de análisis el arrojo de advertir a quien creen que yerra para ayudarle a mejorar.

Desde la lealtad, toda crítica –acertada o no- es útil… al menos para “repensar” sobre el motivo de reproche, para poder establecer posibilidades concretas de mejora.

Habrás leído alguna vez que “un amigo verdadero es el que te dice las cosas de frente y te defiende por la espalda”.

Alguien que corrige de ese modo demuestra aprecio y preocupación por ti; y sea un padre, maestro, amigo, colega, jefe o subordinado… va a potenciar tus posibilidades de crecer.

Quien no lo hace no te ayuda. Y sin esa información quizá es imposible rectificar el rumbo.

Siempre pido esa lealtad. Lo saben quienes me rodean, también mis colaboradores profesionales. Si no me comentan en qué aspectos concretos creen que fallo… cierran muchas de mis expectativas.

¿Cómo ha de hacerse una crítica, una corrección?

 Deja que te apunte alguna idea:

  1. En primer lugar recuerda siempre que la crítica se dirige al acto, a la conducta –contrastada-, no a la persona.
  2. Elige el lugar y la ocasión oportuna para formularla. Como suele decir mi madre “el momento psicológico”.
  3. Intenta encontrar esa ocasión cuanto antes. Es más razonable y eficaz corregir en el tiempo más próximo  al error.
  4. Haz la crítica en privado. Evita cualquier posibilidad de murmuración, de chismorreo.
  5. Sé claro, concreto y realista. Vete al grano.  Delimita lo que quieres corregir. No descalifiques de modo generalizado, ni marees la perdiz…
  6. Manifiéstate alentador y con un discurso positivo (a veces sobran “noes” y faltan propuestas).
  7. Realiza tu crítica de forma prudente y respetuosa, ponderada, sin humillar ni ofender. Evita el tono agresivo y trata de expresar tu intención real de ayudar.
  8. No olvides que si corregir es importante no lo es menos elogiar. Habla también de modo sincero y ecuánime de lo positivo. Todo sirve de trampolín.

Y ¿cómo ha de recibirse una crítica, una corrección?

  1. Cuando te critiquen una determinada conducta, muéstrate receptivo, agradécelo y toma nota. Recuerda el pensamiento de Goethe: “es gran virtud del hombre sereno oír todo lo que censuran contra él, para corregir lo que sea verdad y no alterarse por lo que sea mentira”.
  2. Ten siempre en cuenta que todos somos perfectibles y que, como un piano o un violín, necesitamos que nos afinen de vez en cuando para sonar mejor. Aunque eso pueda suponer que nos aprieten las clavijas.
  3. Recuerda que con frecuencia las virtudes han nacido de las críticas. Como señalaba Benedetti: “La perfección es una pulida corrección de errores”.
  4. Sé muy consciente de que, como decía Bill Gates, tus clientes insatisfechos son tu mayor fuente de aprendizaje. Y tenemos tanto que aprender…
  5. Si entiendes que la crítica que recibes es una crítica injusta, mendaz, malintencionada, hecha a tus espaldas, o que quien la realiza no ha cumplido ni una sola de las pautas de privacidad, concreción, oportunidad, prudencia… piensa que, si la sabes manejar adecuadamente, esa situación te hará más fuerte y evitará  que alimentes, como le sucedía al cineasta Sacha Guitry, ciertos resquemores: “Si los que hablan mal de mí supieran exactamente lo que pienso de ellos, hablarían peor”.

Definitivamente, me gustan las personas con espíritu crítico. Y como consejero que aún soy… más vale que me gusten, sí. Más vale.

 

22 comentarios en “La crítica leal

  1. Si todos pudieramos actuar asi, seria un mundo casi perfecto. Cada uno de los consejos tiene un gran valor y seria maravilloso si todo el mundo lo pudiera practicar. Muy dificil y a la vez muy sensato. Como del dicho que «mas se atrae con miel que con vinagre» (o como se diga), lo mismo aqui, se puede conseguir un amigo o un amigo, se puede ayudar o hundir a una persona dependiendo tan solo de como se haga la critica.

    Buenos consejos

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  2. Aunque no tengo nada que añadir a esta entrada, pues cada vez que leo una nueva me gusta tanto que si me preguntaran ¿Con cuál te quedarías? inmediatamente respondería, con todas, voy a escribir lo que me iba viniendo a la cabeza cuando la iba leyendo.
    En ambientes en los que algunas personas siguen el mal criterio de “critica que algo queda”, los que no pensamos ni actuamos así, debemos tener la valentía y decisión necesarias para tapar la boca del murmurador pues la murmuración siempre es el origen de grandes daños.
    Hemos de comprometernos a vivir la lealtad con las personas que nos rodean.
    Soy partidaria de la crítica y corrección positivas con la intención de ayudar a la persona a la que se la hacemos pero nunca he aceptado la murmuración, viniera de quien viniera porque siempre he pensado que murmurar es una cosa asquerosa, destructiva, muy fácil de hacer, pero que tiene siempre unas consecuencias letales para la persona, instituciones, etc, a las que se critica.
    ¿Quién no ha estado en alguna ocasión en una reunión de amigos en la cual nadie se atrevía a irse por temor a que fuera criticado en el momento en que se fuera?
    A las personas que hacen de la murmuración su “profesión” hemos de decirles que todos tenemos que empeñarnos por colaborar con los demás en la construcción del bien común, para servir con lealtad, y con libertad personal a dicho bien común.

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    • Magnífico comentario, Begoña. Muy en línea con todo lo que publicas. Muchísimas gracias. Yo tampoco tengo nada más que añadir, pues es verdad que la murmuración y el chismorreo son letales. Un abrazo.

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  3. He vuelto a releer el artículo y cada vez me parece más rico en contenido.

    Cuán difíciles resultan los dos reversos de la moneda: realizar la corrección y recibirla. No sé cual me resulta más complicada. Para la hacer la corrección lo que hace falta es valentía con buena intención y para recibirla, grandes dosis de humildad. La valentía es necesaria para la crítica constructiva. La Crítica destructiva, como bien señala Begoña es de fácil ejecución y de devastadoras consecuencias. No hay más que dejarse llevar por la envidia y el deseo de hundir a los demás y, fluye sola.

    Me encanta, como siempre, esa visión tan constructiva, al considerar la corrección como un trampolín para el crecimiento personal. Esa es la actitud que debe existir siempre que en el origen del mensaje haya rectitud de intención. Si no es el caso, como bien señala el post, la postura debe ser abandonarla en el baúl de los recuerdos.

    Pero como los elogios también sirven de trampolín, sólo agradecerte el que con tus reflexiones (que te quitan muchas horas de sueño y descanso) consigues que muchos de los que nos nutrimos de ellas, tengamos más herramientas para ser cada día mejores.

    Muchas gracias José!!! Y un fuerte abrazo

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    • No sé si en un post sobre la crítica debería uno permitir comentarios tan elogiosos, jeje!
      Muchísimas gracias por ellos y, sobre todo, por lo mucho que aportas.
      Ya sabes que estás fichada «en nómina y plantilla» (jeje, lo de la nómina…) en este tu blog que celebra cuando puede colgar un análisis tuyo en la sección de posts, aunque también le agrade contarte entre quienes comentan. Lo cierto es que, en uno y otro lado, siempre aportas, siempre sumas, siempre ayudas.
      Mil gracias!!!

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  4. Al leer esta entrada del blog veo cómo todo se puede mejorar, hasta la crítica. Si a todo se acompaña una mirada clara y una sonrisa ¡aún mejor!
    Gracias

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  5. Querido José: me acojo a tu apunte 8 «No olvides que si corregir es importante no lo es menos elogiar», ya que es lo que voy a hacer, elogiarte.
    ACERTADÍSIMAS TODAS TUS PALABRAS.
    Como sabes estoy muy sensibilizado, y comprometido personal, social y profesionalmente, con el fomento del sentido crítico.
    Este jueves pasado, 26 de oct. 2017, tuvimos mi hijo Andrés y yo (los coautores de «Filosofía y sentido común») una interesantísima tertulia con cuatro intelectuales cualificados en la que, basándonos en un breve fragmento del libro y en un café del Madrid clásico, conversamos animadamente sobre muy interesantes cuestiones relacionadas con el sentido crítico. Estoy completamente seguro que hubieras disfrutado.
    ABRAZO,
    @JFCalderero

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  6. Nada es casualidad. Hoy precisamente pensaba en esto. Me he cuestionado en los últimos años por aquello de: «si resuena en ti algo tienes que revisar»

    Una oleada de gente habla de esto con absoluto irrespeto por la crítica. Ahora no me atrevo a decir nada a nadie porque resulta que entonces yo tengo que revisarme primero a ver por qué razón me «hace ruido» o me interpela.

    Entonces me pregunto: ¿ Pasaremos por la vida en silencio? Sin atrevernos a cuestionar la conducta de otro porque resulta que si aquello me incómoda entonces tiene que ver conmigo?

    Gracias por el artículo. Siento consuelo en mi corazón. Hay esperanza.

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