Tirar por la ventana la bolsa de oro
Tirar por la ventana la bolsa de oro -pensaba Francisco- es cosa fácil. Recibir sin pestañear treinta y nueve azotes es bastante fácil. Caminar hasta la otra parte del mundo a pie y descalzo, azotado por los vientos y pisando la nieve, es cosa relativamente sencilla. Y con la ayuda del Señor, hasta es factible…