
La gastronomía está de moda en España. Que el gusto por el buen yantar es una seña de identidad de nuestra cultura lo evidencia la variedad de platos originales que, desde antiguo, han poblado cada rincón de nuestro país y el elevado número de recetarios tradicionales que han satisfecho las delicias de los paladares más exigentes. Pero, en los últimos tiempos, se ha puesto de relieve que las creaciones culinarias han saltado su recinto habitual: no solo son reseñables los ´chefs` españoles que han alcanzado prestigio internacional, sino la pasión cotidiana por los fogones de muchos de nuestros conciudadanos.
Así lo testimonia la proliferación de programas de televisión, libros, revistas, charlas y demás actividades difusoras de este menester, entre las que destaca la utilización de ´videotutoriales` suministrados por plataformas digitales y aplicaciones accesibles desde dispositivos electrónicos. Ingentes son los protagonistas de estas alternativas empleadas actualmente para aprender a cocinar desde casa. Pero lo poco frecuente en este universo gastronómico es que la ´estrella mediática` sea un monje católico. Es el caso de fray Ángel Ramón Serrano García, sacerdote del monasterio de Santo Espíritu del Monte, en la población valenciana de Gilet.
La cercanía de mi domicilio al parque natural de la sierra Calderona –en las estribaciones del sistema Ibérico más próximas al Mediterráneo– me permitió conocer hace años el popular enclave de este convento franciscano con más de seis siglos de existencia. Cercano al mar y situado a diez kilómetros de Sagunto y treinta y cinco de Valencia, se encuentra rodeado de siete colinas, trufadas de pinares y rica vegetación de monte bajo. Allí, el quehacer diario de los monjes –sin ser ajeno a nada esencial de cuanto sucede en el mundo– hace irradiar la grandeza de lo cotidiano y muestra el íntimo vínculo que traba lo natural con lo sobrenatural.
Allí es donde fray Ángel, además de cumplir sosegadamente con las obligaciones propias de su condición religiosa, se ha convertido –sin asistir nunca a un curso de cocina– en un influyente ´youtuber` que arrasa en Internet. Y ello no ha sido fruto de la experiencia adquirida en un oficio anterior, ni de la satisfacción de una vocación infantil, sino de la responsabilidad de cubrir las necesidades culinarias de su comunidad religiosa y de los comensales de la hospedería conventual. Inicialmente contó con la ayuda de mujeres de la comarca, con las que aprendió a elaborar platos típicos de Valencia, a los que sumó los de cuchara manchega de su madre y los de otros conventos donde estuvo anteriormente, así como recetas rescatadas del libro de cocina del siglo XVIII del franciscano Juan Altamiras. Obtuvo así un menú fundamentado en la pobreza y el respeto al medio ambiente y preparado con los alimentos ofrecidos por la naturaleza en cada tiempo y lugar.
Al principio tuvo la intención de hacer un curso de cocina en el programa de actividades de la hospedería, que quedó frustrado por la llegada de la pandemia del coronavirus. Al tener que cerrar la principal fuente de ingresos del convento, hubo que reinventar sus funciones, ofreciendo solo comidas para llevar. Fue entonces cuando se le ocurrió subir a medios digitales recetas para el servicio de la gente, pensando que las consultarían los más cercanos. Pero ahí es donde surgió la sorpresa, pues, sin esperarlo, comenzó a aumentar cada vez más el número de seguidores de su canal, que ronda actualmente los 200.000 suscriptores y más de quince millones de visualizaciones, emitiéndose también en televisiones de Argentina y Perú.
No hay duda de que la natural telegenia de fray Ángel, sus serenas formas monacales, su lenguaje sencillo y amable y la accesibilidad de sus recetas están contribuyendo de la mejor manera posible a que la cocina tradicional esté también hoy de moda entre mucha gente. Para unos, se ha convertido en una afición creativa, divertida, gratificante y práctica. Para otros, en un estilo de vida e incluso en una pasión. Si comer es necesario para vivir, cocinar responsablemente es beneficioso para la salud, sobre todo cuando se sabe que –como advierte teresianamente el delantal de este franciscano– ¡también ´entre pucheros anda el Señor`!
Excelente idea y excelente comentario. Solo echo de menos que no cite el enlace para conocer tan interesante canal.
Gracias.
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Aquí tienes un enlace, por si le quieres seguir! https://youtu.be/sGDNWzbxWfw
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Muchas gracias por la amable y pronta contestación.
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Muchas gracias!! Un artículo muy interesante. Ya había visto algún programa de este fraile y la verdad que son muy amenos.
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Sí. Muy buenos!
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