Gracias a la vida

Pixabay Gracias a la vida

No puedo dejarlo para mañana. Tengo que escribirte ya. Y no te creas que he estado holgazaneando. En realidad, llego a trancas y barrancas a este post por trabajar demasiado. Un amigo me pidió que le escribiera otro… y no me he querido negar. Los amigos son los amigos.

Pero, como tú también lo eres, me pongo a ello. Ya.

Hoy pensaba hablarte de una chica de la que supe por primera vez -y hace de ello bien poco- a través de mi hijo Javier, el que estudió FP. Luego me he ido enterando de más cosas…

Creo que la chica ronda los 18 o 19 años. Cuando la ves, te das cuenta de que no es de aquí; te lo podría apuntar el color de su piel… Aunque, también podría haber sido de estos lares, pues cada día se enriquece más el mosaico en que vivimos.

El caso es que esta chavalilla (chavalilla con todo el cariño, por edad y por menuda -metro y medio escaso-), esta chica, digo, tiene seis hermanos más… y una madre de la que fue separada para ser puesta al cuidado de los servicios sociales desde bien pequeñita.

El alcoholismo y las drogas arrasan todo lo que se les pone por delante… En este caso -menudo drama- dan hasta con una madre… Por cierto, te dejo esta guía para las familias frente a las drogas, por si sabes de alguien a quien le pueda interesar. La publicamos en su día en el Gobierno de Navarra. Haz clic aquí.

A lo que iba: me contaba Javier que, gracias a Dios, los abuelos maternos (¡cuánto pueden querer -y sufrir- unos abuelos!) estuvieron al quite y adoptaron a esa su nieta -junto a alguna otra hermanilla-. No sé la edad de las demás; me da que serían mayores y autónomas. La vida, a veces, te hace crecer a velocidad de vértigo…

Pensaba estos días en todas estas mujeres: en la hija, en la madre y en la abuela. A las tres, además de la sangre, seguro que les une el sufrimiento. Por unas u otras razones.

La abuela, sí, es la madre

La verdadera madre. Aunque no lo sea biológica… La pequeña fue adoptada en una decisión muy querida, aunque no fuera “buscada”. Y mira por dónde, en una especie de bypass, un cordón umbilical unió a la abuela y la nieta. Y se hicieron madre e hija. Para siempre.

Me librará Dios de juzgar a aquella madre de siete hijos que cayó en las garras del alcohol y otras drogas. No conozco las circunstancias. No la juzgo. Te añado: no lo haría aun conociéndolas.

Aunque admito que sí le tengo un agradecimiento: su chiquilla nació y vive. Y… podía no haber ocurrido.

Allí donde habitaran, podía no haber sido así: por las denominadas “circunstancias sociales”. O en la India, por ejemplo, quizás simplemente por haber sido niña.

Y el mundo se hubiera perdido a Simone Biles.

Si no sabes, aún, de quién hablo -seguro que sí- pon ese nombre en el buscador de Google. Y dale a Enter.

Podría hablarte de muchos otros casos. Hoy quiero celebrar su vida. Y dar saltos de alegría. Una alegría mayor aún que la que nos genera ella dando saltos: mira el vídeo.

He caído en estas reflexiones, que comparto contigo como amigo, desde un ánimo de celebración, de agradecimiento, positivo

Es un gracias a la vida.

Un agradecimiento al que me ha impulsado escuchar a Nick (mira por dónde se llama como otro de mis hijos).

Te dejo con él y concluyo el post. Eso sí, no te pierdas el vídeo. Dale algo más de tres minutos. En el fondo, te los estás regalando a ti.

Por cierto, esa misma alegría de la que antes te hablaba la siento cuando tengo a mi lado a una sobrinilla que tiene Síndrome Down. Aunque no sea olímpica es toda una campeona. La queremos.

Si crees que este post, o alguno de sus enlaces, puede ayudar a alguien, difúndelo. ¡Muchas gracias!

 

10 comentarios en “Gracias a la vida

  1. Aunque triste e la historia me ha encantado leerte. El amor nunca sabes hasta dónde puede llegar, y en este caso los abuelos dieron todo y más por la nieta y alguna hermanilla.
    Un abrazo José, y gracias por publicar a pesar de tu poco tiempo libre.

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    • Muchas gracias a ti! Es una historia real a la que creo que, desde la modestia de mis medios, había que ponerle el altavoz.
      Y el vídeo final es -como todos los de Nick- impactante. De los de hacer pensar…
      Lo del tiempo… Escribir el post te quita de otros ratos de ocio. Pero hay que «diversificar» la actividad en el descanso.
      Un abrazo y gracias de nuevo

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  2. Muchísimas gracias José!!!! Dametresminutos me ha engañado con el tiempo esta vez, pero me ha encantado «dejarme» atrapar. No sólo he leído y visto el vídeo, sino que he dedicado un tiempo a pensar… Y he confirmado que tendo que dedicar más a digerir todo aquello que me va llegando. Hay que meditar para que se asienten las cosas.

    Podría arrojar todos los pensamientos que me han ido afloando pero entonces tendríamos que traicionar el nombre del Blog y no estoy dispuesta, pues me encanta en todos los sentidos.

    Voy a destacar la necesidad de ser AGRADECIDOS. Cuántas veces desperdiciamos nuestra vida por centrarnos en lamentar lo que nos falta en vez de, como dice Nick, dedicarnos a construir la mejor versión de nuestra condición, dando gracias a Dios (yo tengo la suerte del don e la Fe) por todo lo que nos ha dado. Y no somos un despiste, nuestras carencias no vienen de un desliz de nuestro Creador… Dios sabe las herramientas que da a cada uno y el brillo que espera que saquemos de nuestros talentos. A partir de ahí fijemos nuestros retos y, sin prisa pero sin pausa. Tenemos que ir acercándonos poco a poco sin esperar a que las cosas sen nos acerquen.

    Tu post es una clara defensa de la vida: de la alegría de vivir y del respeto que a esta le tenemos que tener desde su concepción. ¿Quién se podía erigir en juez para dictaminar si la vida de Nick o la de la amiga de tu hijo Javier merecía ser vivida? ¡ELLOS LA QUIEREN TAMBIÉN!

    No puedo ser tan pesada!!!! Muchísimas gracias José por hacerme pensar y saber que no soy lo agradecida que debiera… Me pongo manos a la obra.

    Ha sido un regalo tener la suerte de conoceros.
    Un abrazo
    Natalia

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    • El regalo ha sido para nosotros, Natalia!
      Carmen también disfrutó un montón!
      Muchas gracias por tan amable y afectuoso comentario. Y por tu interesante aportación, que no me sorprende…
      Cuando quieras, puedes regalar a Dame tres minutos y a quienes lo siguen un post. Tienes mucho y muy bueno que aportar. A los hechos me remito.
      Ayudará a celebrar que nos vamos acercando a las 170.000 visitas. O a las que lleguemos.
      El «guante» está echado. Solo hace falta que, si te da la vida y quieres, lo aceptes.
      Mil gracias por todo. Especialmente por vuestra amistad.

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