Persevera: es excelente

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Winston Churchill sostenía: El éxito no es definitivo; el fracaso no es fatídico. Y recalcaba: Lo que cuenta es el valor para continuar. Me gustaría que una buena parte de nuestra sociedad, muchos de nuestros estudiantes, interiorizaran esto.

El que fuera jefe del gobierno británico advertía además: Si no te esfuerzas hasta el máximo, ¿cómo sabrás dónde están tus límites?

No te voy a traer a colación, literalmente, lo de «sangre, sudor y lágrimas» pero sí quiero hablarte del valor de la perseverancia, que es la cualidad que puede llevarte a esos límites… e incluso a superarlos.

La perseverancia, por definición, exige constancia, tesón, esfuerzo, resistencia a la frustración. Una personalidad madura.

Me gustan las personas luchadoras; las que no se rinden; las que se dejan la piel para intentar alcanzar una meta. Ahí está el mérito: en no abandonar hasta dar lo mejor de uno mismo y no para ser mejor que otro, sino para ser mejor que ayer.

Conviene partir de una premisa: un reto logrado, un buen trabajo, suele depender esencialmente de la dedicación, del esfuerzo; y solo muy puntualmente de la fortuna, la inspiración…

Permíteme, a este respecto, cinco apuntes en relación con la perseverancia y lo que esta exige

  1. Márcate objetivos claros. Con ambición y sentido común y desde el convencimiento de que si puedes «soñarlos», puedes lograrlos. Ponte metas concretas.
  2. Pon los medios precisos. Prepárate bien. Planifica. Y cuenta con «avituallamiento»… y unas buenas «zapatillas». Vas a «sudar»…
  3. Mantén firmeza en tus decisiones y compromisos. Recuerda lo de que «el que la sigue, la consigue«, que en versión clásica nos lleva al poeta latino Ovidio Nasón y a su pensamiento: la gota de agua horada la roca, no por su fuerza, sino por su constancia. Es, por ello, clave mantenerse fuerte frente a las dificultades. E incluso crecerse ante ellas.
  4. Sé positivo, afronta los retos con optimismo: Mantén la confianza… Tú puedes. Es más real de lo que a veces crees. Eso sí: si de verdad lo quieres; no basta con «desearlo».
  5. Esfuérzate por concluir bien lo que emprendas. No cabe dejar las cosas a medias, abandonar «a mitad de partido». No valen chapuzas, «petachos», ni excusas. Un campeón mundial, el triatleta estadounidense Mark Allen, decía: Puedes continuar para terminar la carrera y las piernas te dolerán una semana entera. O puedes renunciar… y tu mente te dolerá toda la vida.

Recuérdalo bien: la perseverancia y la resiliencia no conocen el fracaso. Son «per se» un triunfo en toda regla… se alcance o no el objetivo. Toda persona perseverante es digna de elogio: La actitud, no la aptitud, determina la altitud, apuntaba el norteamericano Ziglar.

Ten siempre presente que una de las causas más comunes del fracaso es… darse por vencido anticipadamente y tirar la toalla. Es esencial, por ello, erradicar de nosotros el miedo a la derrota y mantener la capacidad de volver a empezar de cara a conseguir nuestro objetivo.

Te ofrezco este vídeo: En una importante carrera en pista cubierta, la atleta Heather Dorniden cae, pero no abandona; no se entretiene en lamentarse; se levanta y, magullada, remonta posiciones, llega a la meta y ¡vence! Un triunfo en circunstancias complejas vale más.

No lo olvides: cuando uno se empeña de veras los resultados acaban por llegar. Y recuerda a Henry Ford cuando afirmaba: Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, tienes razón. 

Piensa que puedes. Y persevera: es excelente.

Nota.- Si te ha gustado el post, ¿me ayudas a difundir? ¡Muchas gracias!

27 comentarios en “Persevera: es excelente

  1. Excelente aportación, la lectura de este post refuerza una idea que mantengo desde hace algún tiempo: una de las carencias de nuestro sistema educativo (dicho con el máximo respeto ) es que no se enseña a los niños y jóvenes a ver el fracaso o las equivocaciones como una oportunidad para hacer las cosas mejor.
    Enhorabuena por el blog.

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  2. Releyendo tu publicación he pensado, por un lado, en la importancia que tiene enseñar a los alumnos a gestionar las «derrotas» y los «aparentes» fracasos como camino para la mejora y el crecimiento personal, y por otro, la gran ayuda que supone vivir la fortaleza como apoyo para la perseverancia. En mi opinión ambas se complementan.

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    • Sin ninguna duda, Begoña.
      Lo que más me gusta de tus comentarios es que a veces pienso: «parece mentira que este modesto ‘pintor de palabras’ consiga a veces -gracias a la inteligencia y sensibilidad de quienes observan sus ‘cuadros’- conclusiones relevantes de una obra sencilla».
      Por eso es tan importante que en este blog no hable sólo yo. Gana mucho con vuestra participación y aportaciones.
      Un abrazo y mil gracias de nuevo por compartir tu opinión.

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  3. En el escenario que describes, sabes muy bien que lo importante es ser «pintor de palabras» porque sin él, no hay cuadro. Y si no hay cuadro, no hay observadores. En este caso es una suerte poder ser observadores de este tipo de cuadros y tener la oportunidad de sacar conclusiones de una obra sencilla pues en la vida las grandes cosas comienzan desde la sencillez. Gracias por darnos la oportunidad de participar en tu blog.

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  4. Totalmente de acuerdo en la falta de capacidad de las generaciones que van saliendo de los centros educativos. ¿Culpables? Todos… Unos padres muy proteccionistas que, aterrados con los “posibles” tropiezos de sus hijos, les impiden aprender a través de sus aciertos y sus errores; unos docentes que se protegen del ataque de esos padres si “exigen demasiado a sus hijos”; y unos hijos incapaces de encajar un fracaso al no haber aprendido a hacerlo…
    Las cosas grandes cuestan, como bien dices “sangre, sudor y lágrimas”, si no, será que no son tan grandes…
    Me encanta la idea de la perseverancia para lograr la mejor versión de uno mismo. No queda otra. Me ha animado el tono tan positivo al afrontar los retos. Hay que trabajar y confiar para lograr nuestros sueños.

    Otra vez gracias!

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    • Muchas gracias por tu comentario, Natalia! Me alegra que te guste el tono positivo. Ya decía Churchill que la mejor opción era el optimismo. No sé si lo decía así, pero… más o menos! Mucho ánimo y, cargados de esperanza, feliz día.

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  5. Muy buen articulo, el miedo al fracaso en verdad paraliza, lo digo por experiencia propia, convencerse de que si se puede a veces es difícil, creo que en ese aspecto muy poco puedo hacer el colegio, mucho depende de ver ejemplos de tenacidad en la familia, la universidad puede ayudar en algo si se de verdad exige al alumno, de los contrario no sirve para nada. El video lo dice todo, yo ya ni hubiera corrido después de esa caída, el truco en east vida creo que es nunca darse por vencido

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    • Muchas gracias por tu comentario, Miguel. El siguiente post del blog, «La suerte del infortunio», creo que te gustará. También me permito recomendarte un vídeo de YouTube sobre la autoestima. Si pones en Google Fichas de Poker autoestima verás un magnífico vídeo en inglés subtitulado al castellano sobre dicha cuestión. Dura 10 minutos y es muy bueno. Gracias por compartir!

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    • Muchas gracias, Yan. Perseverar es esencial. Incluso si no te condujera a un aparente éxito tendrías la tranquilidad de haber puesto “toda la carne en el asador”. Que no sea por no haberlo intentado suficiente.
      Toda la razón con lo que comentas de los errores.
      Muy feliz día y muchas gracias por comentar.

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